La tipología arquitectónica funeraria más utilizada por los faraones y altos dignatarios desde el Periodo Arcaico es la mastaba (""banco" , en árabe).
Se trata de una edificación con forma troncopiramidal con paredes en talud y base rectangular, orientada en torno a un eje norte -sur.
Las mastabas han sido definidas como pirámides truncadas levantadas en la zona desértica occidental del Nilo (pero no se sabe a ciencia cierta porque), aquella zona por la que se ponía el sol, que era el lugar simbólico donde el difunto iniciaba su viaje hacia la eternidad, que era lo más importante para los egipcios.
Se construían disponiéndose a una distancia prudencial de las crecidas del río Nilo.
Estas tumbas reales acabarían construyéndose también para otras personas que no eran faraones a las que acceden con el tiempo los altos funcionarios de la corte.
Son el mejor exponente de la arquitectura oficial de las primeras dinastías.
La mastaba más antigua del cementerio de Abydos es la del mítico rey Narmer o Rey Escorpión y la primera erigida en la necrópolis de Saqara corresponde a Aha segundo faraón de la I Dinastía.
Eran concebidas ya como la morada eterna del faraón en un principio, reproduciendo simbólicamente el palacio donde anteriormente había vivido.
Las mastabas suponen igualmente un paso fundamental en el progresivo avance hacia la monumentalidad de lo que serían posteriormente las grandes pirámides del Imperio Antiguo Egipcio.
Las tumbas más primitivas del Periodo Arcaico eran modestas fosas ovales en un principio y rectangulares más adelante excavadas a pocos metros bajo tierra y divididas en varias salas mediante muros de adobe de fácil acceso.
La habitación central de la mastaba era la cámara funeraria, rodeada de otras salas, donde se depositaban el ajuar y los víveres para el difunto.
Se cubrían los espacios con vigas de madera y tablas rellenando el volumen sobrante hasta la superficie con grava y guijo para dar mayor seguridad y fuerza a la construcción de la mastaba.
Una vez que se colocaba el sarcófago se cegaba o se anegaba el acceso de los pozos verticales con escombros para proteger·de los saqueadores.
Sobre esta infraestructura se levantaba en superficie la mastaba a imitación de la casao palacio del difunto cuya entrada se orientaba al este o sol naciente y se marcaba mediante la colocación de dos estelas explicativas.
Las paredes de las fachadas de las tumbas de Saqara denominadas fachadas palaciales formaban resaltes con nichos y estaban ricamente decoradas y policromadas con fuertes colores.
Las mastabas más monumentales y complejas llegaron a superar los siete metros de altura.
Por el contrario las fachadas de las mastabas de Abydos casi en su totalidad perdidas en la actualidad eran lisas y de menor tamaño.
Parece ser que tanto las fachadas de las tumbas de Saqqara y Abydos como las murallas de protección que bordeaban ambos complejos funerarios reproducían respectivamente la primitiva muralla de Menfis y los muros del palacio fortificado.
Serán las lisas fachadas de las mastabas de Abydos las que triunfarán en la progresiva construcción de las futuras pirámides geométricas.
En el interior de la mastaba se ubicaba en los primeros tiempos un nicho en la cara oriental; más tarde desarrollado en capilla, antecesora del Serdab en la que se alojará la estatua del difunto a partir de Zoser.
Este tipo de capillas que eran levantadas también a imitación de la morada del difunto se concibieron para que los familiares depositaran sus ofrendas.
Este tipo de capillas que eran levantadas también a imitación de la morada del difunto se concibieron para que los familiares depositaran sus ofrendas.
Se adornaron con una o dos "falsas puertas" en el muro oriental decoradas con relieves maravillosos policromados por las que el Ka del difunto podía entrar y salir libremente.
Otras salas cumplían función de almacén para albergar objetos menos valiosos que también tenían que acompañar al difunto porque eran de su propiedad.
Dentro del muro que protegía el recinto sagrado de la mastaba se excavaron unas tumbas concebidas como mastabas más pequeñas de paredes lisas para las mujeres y los esclavos del difunto que habían sito también sacrificados con la intención de que continuaran sirviendo a su señor o faraón en la otra vida o en el más allá.
Pero esta practica tan cruel dejo de producirse al finalizar la primera Dinastía y se sustituyo por el acompañamiento de figurillas de piedra u otros materiales llamados ushebtis.
Toda una tranquilidad para los súbditos.
Se colocaban tantas como sirvientes y esclavos tenía el faraón o difunto.
Toda una tranquilidad para los súbditos.
Se colocaban tantas como sirvientes y esclavos tenía el faraón o difunto.